Para llegar a ser un futbolista profesional, hay que trabajar duro, estar comprometido y tener la actitud adecuada hacia el entrenamiento y el deporte. Y, por cierto, sería bueno tener… un poco de talento. Pero, ¿el talento por sí solo, sin el trabajo duro, ¿es suficiente para llegar a la cima?
El talento es una predisposición innata en un campo intelectual, motriz o artístico, que se manifiesta por un grado de destreza superior a la media en un campo determinado o por la capacidad de aprenderlo rápidamente. Si hablamos de fútbol, esto no se limita a que un niño sea mejor que otro. Rafał Matusiak, director de formación de la academia de Jagiellonia Białystok, opina lo mismo: Creo que en Polonia no somos capaces de identificar bien el talento.
En mi opinión, el talento es la habilidad de tomar decisiones, o en otras palabras, es tener la inteligencia cognitiva. La actitud, la ética en el trabajo y la habilidad de aprender también son muy importantes
Para mí, son los tres aspectos más valiosos. Puedes ser un poco más fuerte o más rápido y esto resalta tus fortalezas y disimula tus debilidades, pero si no tienes una ética de trabajo adecuada, inteligencia cognitiva, capacidad de tomar decisiones en situaciones dinámicas y no puedes aprender rápidamente, entonces, en mi opinión, no tienes talento.
Un ejemplo de un jugador talentoso es Leo Messi. El argentino se destacaba desde muy joven, aunque no tenía muy buenas condiciones físicas, que juegan un gran papel en el fútbol infantil. La nueva adquisición del París Saint-Germain ha ganado 6 Balones de Oro, porque… se esforzó por ellos.
Preguntamos a varios entrenadores si habían encontrado ejemplos de futbolistas que tenían mucha habilidad, pero que carecían de la actitud adecuada.
- Por supuesto que sí. Estos jugadores ya no juegan al fútbol, por más que tuviesen un gran talento. Lamentablemente, no tenían el hábito de trabajar duro — explica Matusiak.
- Siempre ha habido jugadores de este tipo. Los había hace décadas, hace pocos años e incluso los hay hoy en día. No he conocido futbolistas que tengan un enfoque completamente frívolo y hayan llegado a la cima. En cambio, conozco jugadores que tenían mucha soltura, confianza y que nunca les faltó determinación y compromiso en los entrenamientos y en el partido — responde Piotr Łęczyński, actual entrenador de los campeones sub-18 de Polonia.
- Sí, he visto jugadores así. Por ejemplo, hace unos 10 años, hubo un chico así en nuestro equipo. El chico a los 16 años era una figura importante en las selecciones juveniles del país, pero a los 18 años… desapareció. Sé que dejó de jugar al fútbol, no se involucró en el deporte. Su problema era que no funcionaban todos los factores clave: la dieta adecuada, actitud durante los entrenamientos y el compromiso”, señala Bartosz Siemiński, del Śląska Wrocław.
Mario Balotelli o Radja Nainggolan no parecían jugadores que se destacaran por su actitud hacia el fútbol. Más bien, eran ejemplos de lo que no se debe hacer. Pero fueron ellos, y no los futbolistas con actitud ejemplar, los que actuaron en los mejores clubes de Europa. Sin mencionar a los jugadores como Ronaldinho, quien tomaba su profesión con mucha libertad y hacía maravillas con el balón en el campo.
- La actitud correcta no se basa solamente en la ética de trabajo porque muchos que trabajan duro, no lo hacen por placer. Todo se resume en disfrutar del juego. Cuando salías a jugar al fútbol de pequeño, lo hacías para divertirte. En mi opinión, estamos avanzando demasiado rápido hacia la especialización y los niños de hoy simplemente ya no tienen esa alegría del juego. Tengo la irresistible impresión de que entre los jóvenes el fútbol se está convirtiendo cada vez más en una obligación y menos en un placer — señala Rafal Matusiak.
¿Qué hacer si no tienes talento y tus compañeros son mejores que tú? ¿Ha habido ejemplos en el pasado de jugadores que no destacaron en categorías inferiores, pero se convirtieron en grandes futbolistas?
- No todo el mundo tiene talento para el fútbol. De hecho, probablemente la mayoría no lo tiene, y simplemente se esfuerzan por alcanzar el éxito. Analizando la plantilla de cualquier equipo, se pueden encontrar jugadores que no necesariamente eran estrellas en sus clubes y no jugaban en selecciones nacionales cuando eran jóvenes y aun así hicieron carreras internacionales. La mejor prueba de ello es Robert Lewandowski, que solamente debutó en la selección sub-21. El futbolista del Barcelona es un ejemplo de que con mucho trabajo se puede llegar a lo más alto. Mirando hacia otro lado, he entrenado a muchos muchachos de la Liga Central Juvenil que jugaban regularmente en las selecciones juveniles y sus aventuras en el fútbol terminaron. Esto demuestra que estar en la selección nacional o ganar el campeonato juvenil polaco no es garantía de éxito — explica Łęczyński.
- En mi opinión, además de tener talento y trabajar duro, hay que tener suerte y paciencia. Un jugador talentoso a lo largo de, por ejemplo, 10 partidos, destacará en cinco o seis de ellos, mientras que un jugador trabajador puede destacar en uno o dos y, por lo tanto, necesita suerte para que justo en esos dos partidos alguien lo vea y le dé una oportunidad — nos dice Siemiński.
Veamos otro ejemplo: Kamil Piątkowski, que empezó a jugar al fútbol en su ciudad natal, Jaślo, aprovechó muy bien su oportunidad. Su antiguo entrenador recordó que de niño no era ni siquiera la mayor estrella del equipo local, pero durante un partido entre la selección sub-15 de su región, Podkarpacie, y la selección juvenil de Polonia, jugó tan bien que las mejores academias de Polonia se lanzaron a por él.
Acabó en el Zagłębie Lubin, allí no despuntó, luego tuvo una oportunidad de la mano de Marek Papszun en el Raków Częstochowa, y hoy es defensa del Red Bull Salzburg que pagó por él cinco millones de euros.
Tenemos dos consejos – uno para los talentosos y otro para los trabajadores: para los primeros, que no se duerman en los laureles y hagan todo lo posible por aprovechar su don; y para los segundos, que aunque ahora estén a la sombra de sus compañeros, no dejen de creer en que un día llegarán a la cima.